¿Es malo olerse los pedos?

Sugerente título sin duda, ésta desconcertante pregunta -cargada de enorme lirismo poético- nos la hemos hecho muchas veces en la privacidad de nuestras vidas. Nadie sabe a ciencia cierta la respuesta porque hay poca información al respecto, es un tema tabú. Nadie se atreve a reconocer que se huele los pedos. No hay trabajos científicos referentes al estudio de los efluvios anales y sus efectos en las fosas nasales (toma pareado) por lo que intentaremos dar alguna idea básica sobre éste noble arte olfativo.

Y uno se pregunta, ¿Porqué ese miedo a reconocerlos públicamente como una parte de tí? Son tuyos, te ha costado un enorme esfuerzo poderlos traer a éste mundo, por tanto deberías estar orgulloso de ellos. Si te tiras un cuesco en el metro, no seas desagradecido y no mires hacia otro lado con tal de no reconocer tu indudable paternidad, ¿Qué clase de ingrato padre eres si le das la espalda a tus amados hijos? No, amigos... a tu primogénito hay que respetarlo, ir de cara, reconocerlo abiertamente y decirle: "ven aquí, pedo mío, me has descosido el ano, pero estoy orgulloso de tí y de tu olor a chorizo de cantimpalo".

Aunque, ante la insistencia de algunas personas, me veo en la obligación de matizar un asunto delicado. Hay que dejar bien claro que lo propio es olerse los pedos de uno mismo, oler las ventosidades de los demás y que encima te guste y te ponga palote es una aberración sexual que necesitaría tratamiento psiquiátrico o, en su defecto, un par de guantazos hasta que le salgan los cojones por las orejas.

Y ya respondiendo a la pregunta, olerse los pedos no es malo si no tienes una sensibilidad extrema al metano, principal ingrediente de los cuescos. En ese caso hay que evitar la exposición directa al gas para evitar reacciones alérgicas. La sugerencia que les hago a los iniciados en éste hobbie es la de degustar sólo los aires creados de la ingesta de ensaladas y verduras, mucho más saludables que los del potaje al chorizo y fabada con butifarra. Otra opción es la de respirar una parte de ellos y alejarse cuando uno empiece a marearse, recomendable tener cerca un pañuelo para posibles arcadas y/o fatigas respiratorias.

Tratemos ahora de un apartado muy importante en ésta curiosa afición: la posición que adoptará nuestro cuerpo a fín de recibir el máximo aporte posible de nuestra flatulencia. Ésto no se puede tomar a la ligera, y se debe ensayar repetidamente a fin de acertar con la que más nos convenga. Siendo indispensable que el ano esté lo más cerca posible de nuestra nariz, puedo recomendaros ésta posición: Siéntate en un sofá, sube las piernas hasta que las rodillas estén por encima de la cabeza, usa las manos para aguantar tus piernas, dobla la espalda hacia adelante acercando tu cara a tu trasero... y finalmente pédete bien pedido. Verás cómo el gas evacuado entra de forma vigorosa, sana y efectiva en toda tu pituitaria.

Para acabar con éste interesante tema, recalco de nuevo que la recreación olfativa de nuestro pedo no es malo, tampoco es uno de los siete pecados capitales ni siquiera es un delito penal. Eso sí, es una guarrada como la copa de un pino, tío marrano y si has leído hasta aquí es porque te los hueles y querías saber si era malo hacerlo o no.

Anda vete a cagar, gorrino, que eres un gorrino.

3 comentarios:

  1. Me gustó mucho como está escrito. Lo hacés muy bien.

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  2. Así podrán experimentar lo que sufren esos pobres calzoncito y tangas

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  3. Imagínate los pobres calzones

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